Definición de apóstol cristiano.
“Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado; y yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).
Si bien está ampliamente aceptado que los doce discípulos que escogió Jesús -a los que se añaden luego Matías y finalmente Pablo de Tarso- fueron los apóstoles originales, no existe consenso entre las diferentes religiones cristianas respecto a qué otras personas, hasta la actualidad, puedan usar este título con la misma autoridad original. Varias iglesias, como la mormona y la Iglesia Nueva Apostólica, creen por fe estar conducidas por apóstoles de la actualidad, los cuales son escogidos por Dios.
De acuerdo con lo que aparece en la Biblia, son cinco las características necesarias para ser llamado apóstol:
Haber conocido personalmente a Jesús.
Haber sido escogidos y enviados por Jesús.
Haber sido testigos de Jesucristo resucitado.
Dar la vida por Dios y por el evangelio.
Seguir a Jesucristo.
Todos los apóstoles, excepto Matías que fue elegido por sorteo para reemplazar a Judas Iscariote, cumplieron estas cinco características. En el caso de Pablo de Tarso no está claro si vio a Jesucristo, dado que solo se menciona que escuchó la voz de Jesucristo y quedó ciego, pero se sobreentiende que fue elegido personalmente por Cristo. Posteriormente, firmó sus escritos como Pablo, Apóstol de los gentiles y fue protagonista de la mayor parte del libro de los Hechos de los Apóstoles.
Por otro lado, una interpretación que tiende a equiparar el término de discípulo de Jesús con el de apóstol indica que, aunque inicialmente fueron doce, luego fueron extendidos a setenta (Lc 10,14)y luego a más de quinientos discípulos enviados por Jesucristo para llevar la buena nueva al mundo y extender el Reino de Dios en la Tierra, a quienes puede aplicárseles el título de apóstol.
En todo caso, un apóstol debe ser testimonio del poder de Dios a través de la realización de señales, prodigios y milagros (sanación de los enfermos, exorcismos, resurrecciones), y de la predicación del evangelio.
Según el Nuevo Testamento, los doce apóstoles definitivos fueron aquellos que no abandonaron a Jesús cuando este les indicó que debían comer su cuerpo y beber su sangre, simbolizados por el vino y el pan en la Santa Cena, para alcanzar la vida eterna (Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909).
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él.
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
Ellos fueron, en orden de elección:
Simón, hijo de Jonás o Juan (Simón bar Jonah o Šim`ôn bar-Yônâ) (Mt 16:18), renombrado por Jesús como Pedro (Mr 3:16). También conocido como Simón bar Jochanan (arameo) o Simón Pedro.
Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo. También conocido por el nombre Jacobo.
Andrés, hermano de Pedro y exdiscípulo de Juan el Bautista.
Juan, el menor de los doce, también hijo de Zebedeo (por tanto, hermano de Santiago el Mayor). Jesús llamó a ambos Bo-aner'ges, lo que significa 'hijos del trueno'.
Felipe de Betsaida Bartolomé, hijo de Talemai, llamado también Natanael de Caná.
Tomás, también llamado Dídimo o Mellizo.
Mateo, el publicano o recaudador de impuestos, llamado también Leví.
Santiago el Menor, también conocido como Santiago, hijo de Alfeo.
Judas Tadeo. En algunos manuscritos de Mateo, el nombre Lebbaeus ocupa su lugar o es llamado Judas, hermano de Santiago (Lc 6:16).
Simón el Cananeo, el Celador o Zelote (guerrillero).
Judas Iscariote. También es referido como «Judas, hijo de Simón» (Jn 6:71; Jn13:26). Judas, a causa de su traición a Jesús, se ahorcó (de acuerdo a Mateo 27:5 y Hechos 1:18) y a raíz de esto se escogió a Matías en su lugar.
Matías, el sucesor de Judas, elegido a la suerte en el Monte de la sangre (Hechos 1, 12-26).
Todos ellos eran galileos con excepción de Judas Iscariote, que se presume era de Judea (para algunos Iscariote significaría textualmente isqueriot, «de Queriot» al sur del distrito de Judá); mientras algunos lo interpretan como de Isacar. Después de la resurrección y ascensión de Jesucristo y tras haberse suicidado Judas Iscariote, los once Apóstoles restantes se reunieron y eligieron a Matías para completar nuevamente el número de doce Apóstoles enviados a las doce tribus de Israel.